Granja La Sierra es una granja ecológica de vacas alimentadas, principalmente, con pasto.
La Granja evolucionó con los años y pasó de ser convencional a ecológica, de criar el ganado a transformar ellos mismo la leche en diferentes lácteos.
Ubicada en la localidad de Tezanos, Cantabria, esta granja de vacas lecheras es una referencia en el sector. Un oficio heredado, común y ancestral en los Valles Pasiegos, pero que en la gestión del matrimonio Sindo García y Eva Mazorra pasó por una transformación para adecuarse a los nuevos tiempos, en un lugar donde la tradición se asienta en cada prado, el paisaje de vegetación frondosa, obliga a mirarlo con respeto reverencial.
Fue en 1997 cuando este matrimonio decidió convertir su granja en una granja ecológica y lo hicieron, por suerte, tres años antes de la llegada de la fiebre de las vacas locas a España. Un cambio pionero que no contaba con un Consejo Regulador en ese momento en su zona, algo que les llevó a tener que utilizar un sello diferente al que posteriormente les ofrecería el Consejo Regulador de la Agricultura Ecológica de Cantabria, CRAE.
“Cuidar a nuestras vacas en ecológico nos permite producir menos cantidad de leche, pero nos ofrece más margen, ser más competitivos, pero si algo nos da este modo de crianza del ganado es la tranquilidad de producir lo que nosotros consumiríamos.” Responde Alejandro García.
La granja de producción ecológica y extensiva cuenta con 90 cabezas de ganado, 60 adultos y 30 de recrío de las razas frisona y fleckvieh. Al matrimonio se les unieron, a medida que fueron creciendo, sus hijos Alejandro y Miguel. Una unidad familiar que distribuye las labores entre sus miembros. De hecho, cuando llego a la granja me recibe en la zona de tienda Alejandro, el hijo menor, encargado de la parte de transformación. Su hermano Miguel ha salido, es él quién se ocupa de la parte comercial. En la granja, Eva y Sindo, pala y horca en mano, se dedican con esmero a limpiar la zona cubierta y a dar de comer a los animales.
En 2001 esta familia decide dar el paso y transformar la leche de sus vacas con la que elaboran yogur natural ecológico. En 2005 amplían la producción a queso fresco, queso de nata y queso de untar.
En 2014 aumentan la línea de yogur natural y ofrecen yogur desnatado, un proceso que les devuelve la oportunidad de ampliar “si desnatamos el yogur tenemos un subproducto, la nata, con el que podemos hacer mantequilla. Se trata de aprovechar al máximo la materia prima que tenemos”, nos cuenta Alejandro.
Granja La Sierra tiene una producción pequeña, aquella que le permiten los 600 o 700 litros que ordeñan al día. Entre sus productos, el más reconocido es el yogur, “también es el más fácil de encontrar” nos advierte Alejandro.
La mantequilla se produce a demanda del yogur desnatado. Se trata de una escasa producción, pero con un resultado de vértigo. Está elaborada a base de leche cruda, sin pasteurizar, lo que ofrece matices e intensidad gustativa. Su elaboración, muy artesanal, es cuidada desde las incisiones en las piezas, marca ya de esta mantequilla, como el modo en el que la presentan al mercado.
Sus productos se venden principalmente en Cantabria, pero llegan a Madrid, Burgos y País Vasco.
Esta granja, como muchas de la zona, son ejemplo de que la ganadería da cabida a los empleos femeninos reales. Desde siempre las mujeres han trabajado en el cuidado del ganado en estas zonas. En la actualidad, se ha conseguido que muchas de estas mujeres sean consideradas como dueñas de las explotaciones y coticen del mismo modo que sus cónyuges. Granjas que ofrecen también una posibilidad de empleo a los jóvenes.