Granadas, las lunas rojas de Alcolea

Las lunas rojas de Alcolea (Huesca) tienen un año y parece que se han instalado para quedarse. Es curioso verlas ahí­, salpicando de color un paisaje complicado, de tierras salinas donde se cultiva el arroz con facilidad y casi como única opción viable y se sufre por el resto de cultivos que agricultores innovadores, apasionados e inconformistas como Manuel Fortón atienden y miman con la persistencia de un alquimista, queriendo convertir la sal de la tierra en deliciosos frutos como la granada o el aceite Flor de sal.

Manu Fortón es Ingeniero Agrónomo y en su época de estudiante ya era agricultor de fin de semana. Los conocimientos adquiridos en la carrera, haber conocido explotaciones agrí­colas muy diversas y el contacto con sus profesores le llevó a plantear propuestas rocambolescas para cualquiera de los agricultores de su zona, que él defendí­a como posibles y diferenciadoras.

2017 es el primer año de cosecha de esta explotación de 7 hectáreas de granada de variedades Emek y Shani concedidas por una licencia de cultivo adquirida en Israel. Así­ están las cosas en el mundo interno de la agricultura. Como primer año, Fortón solo espera una cosecha de 2.000 kilos de granadas. En cuatro años, este cultivo estará en plena producción, llegando a dar cada planta entre 30 y 40 kilos de fruta en más de una floración.

La inversión primera ha sido muy fuerte. Las plantas están cultivadas en un sistema de espaldera. Alineadas, de cada extremo, parten alambres de dos soportes en forma de «Y». Parecen tendederos eternos de los que cuelgan ramas de granados cargadas de frutos rojos. Con este soporte se le ayuda a esta planta, que tiene una morfología más de arbusto que de árbol, a que distribuya sus ramas ordenadamente y sus frutos crezcan con facilidad, sin roces y golpes.

Grandes chopos y mallas corta viento son parte de esta estructura encargada de conseguir un mejor fruto, un fruto de calidad. Su piel dura no nos da esa percepción de fruta delicada, sin embargo, lo es y mucho. Cualquier roce con las ramas del árbol o golpes de sol generan manchas en el fruto que lo invalidan para su comercialización.

Las variedades de estos granados son precoces y podrán llegar a dar fruto en el mes de agosto. Los granados cuentan con tres floraciones, las dos primeras son las más productivas. La flor del granado es hermafrodita y tiene dos tipos: estéril y completa, esta última la que tras polinizarse, dará su fruto.

Sus granadas destacan por ese intenso color rojo, por una corona grande y un calibre que ronda los 400 gramos por pieza. Para llevarlas al mercado con todos los honores, Fortón les ha diseñado una caja elegante, sobria, que tiene como amuleto a la luna en el nombre de su marca: Moon.

Su mercado, lamentablemente no está aquí­ al lado. Tendrá que exportar el 90% de su producción a paí­ses como Alemania, Inglaterra o Bélgica.

«Siempre me gustó la luna, sus ciclos…»

El 30 de septiembre de 2017 estará en la feria de Alcolea presentando sus granadas a todos sus vecinos y visitantes. Les va a ofrecer zumo de granada. A mí ya me invitó a probarlo, así­ que no puedo por menos que animaros a que os acerquéis a conocerle a él y a sus lunas rojas de Alcolea.

Por cierto ¿sabéis abrir una granada? Pincha y Manu Fortón te lo explica.

FLOR DE SAL, UN ACEITE DIFERENTE

Antes que productor de granadas, Fortón fue el loco de un cultivo de olivar en intensivo, completamente mecanizado, de 10 hectáreas, sobre un suelo muy salino que se tinta de blanco en invierno y que de vez en cuando sacrifica unos cuantos árboles en pro de una lucha en la que no siempre vence el hombre.

En 2009 dio rienda suelta a este olivar, menos productivo por la calidad del suelo, pero que ofrece frutos que concentran más los sabores y el aroma. Tan sólo dos años después sacaba al mercado su primer aceite «Flor de sal» de las variedades arbequina, del que produce entre 15.000 y 20.000 litros y koroneiki, que obtiene unos 250 litros que envasa únicamente en botellas de 250 ml.

Es el primero que cosecha las olivas, pues le gusta que sus aceites tengan todas las propiedades de las olivas verdes, el sabor intenso y unos aromas que persisten avanzado el año. Me dice con orgullo que todas las tiendas de su pueblo ofrecen su aceite en las estanterí­as y también se encuentra en los bares y restaurantes de Alcolea.

 

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